En este blog, cada vez que hablamos de niños, nos referimos tanto a niños como a niñas.

viernes, 24 de mayo de 2019

30 años de la Casa de niños Los Pinos


Historia de una Casita: la Casita de ayer y la Casita de hoy.
1989 – 2019  

Este año 2019 nuestra Casita está de celebración: cumple 30 estupendos años. En sus estanterías están celosamente guardadas todas las orlas de fin de curso, todos los cuadernos viajeros, el periódico Piñoncitos, proyectos, fotos antiguas, periódicos y revistas, historias de Casa Abierta, planes anuales y memorias que nos muestran cómo era la Casita de ayer y cómo es la de hoy. Hace cinco años, en su veinticinco aniversario, hicimos una bonita exposición sacando a la luz todos estos trabajos, organizando talleres y charlas durante una semana.


¿Qué diferencia hay entre los niños de hace treinta años a los de ahora?, ¿y las familias?, ¿y la sociedad? Podemos hacer un intenso debate de cómo eran los niños hace treinta años y como son los de ahora, cómo eran y son ahora las familias y la sociedad; podemos mirar un poco hacia atrás y llegar a conclusiones a día de hoy. Lo que es evidente es que, ayer y hoy, la Casita ha sido y es el primer viaje de los niños en su aventura escolar.

Por tener una guía en la que trabajar, y dar continuidad, y ya que este curso nuestro proyecto central es la diversidad y nuestra respuesta educativa, observamos que en la Casita siempre se ha trabajado este tema, que las diferencias han enriquecido y enriquecen cualquier grupo; que el reconocimiento de la existencia de los otros, como poseedores de una cultura diferente, etnia, creencias, lengua, diversidad sexual o funcional, crean la emergencia de una mayor sensibilidad para adaptar nuestros proyectos a estas realidades.

Nos gustó la idea inicial de trabajar la diversidad, a propuesta de una mamá del Centro, en esa estrecha relación que tenemos con las familias, como apertura a todos los miembros de nuestra comunidad escolar y, no solo por las familias de distintos países, religión y cultura, que son variadas, sino por inculcar el respeto, la tolerancia a lo diferente, la integración y colaboración, principales valores para tratar la diversidad.

Atender la diversidad cada día y en cada momento es asumir pequeñas responsabilidades. En la respuesta educativa a los niños más lentos no sirve la postura de “ya madurarán” sino que en ese respeto al niño deben combinarse una cuidada y constante observación y acción educativa. Hay que tener alternativas no solo para los niños de velocidad media, sino también para los más rápidos o los más lentos y asegurar que el medio educativo sea especialmente estimulante para que ese niño o esa niña cumplan el objetivo de labor preventiva que la educación infantil debe tener.

Hacer de cada día un tramo, ese es el objetivo, y, sobre todo, hacer un trabajo en equipo que se organiza en torno a los niños: un equipo en el que cada uno aporta sus conocimientos y experiencia y hay un reparto de responsabilidades, donde se llega a acuerdos y se discuten las diferencias. Sentir que se forma realmente equipo con los padres y con otros profesionales en torno a sacar adelante a los niños es, sin llegar a dudas, una de las experiencias profesionales más enriquecedoras y satisfactorias.

Rosario Pérez Buey
Beatriz Carabanchel Ortega
M Carmen Barrios Gómez

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