En este blog, cada vez que hablamos de niños, nos referimos tanto a niños como a niñas.

martes, 22 de octubre de 2019

El periodo de adaptación: incorporación y vinculación afectiva

    

El periodo de adaptación: incorporación y vinculación afectiva 

     
    El periodo de adaptación en las Casas de Niños de Leganés lo realizamos de una forma muy pensada, cuidada, y pausada para favorecer la incorporación de todos los alumnos a los centros. Los niños tienen que elaborar un sentimiento de pérdida que les produce salir de una situación conocida, su familia, a una desconocida, la escuela. 
     




     Esta posibilidad de separarse crea un espacio que les permite crecer y aceptar la frustración; conduce a buscar, a aprender, a crecer como personas que van ganando progresivamente en autonomía. Tenemos que estar muy atentas a todo lo que les pasa, receptivas al sentir de los niños, a ese sentimiento de pérdida, ponernos en su lugar, darles confianza y seguridad. Es importante que los niños no tengan prisa por crecer, dice Francesco Tonucci, entonces tendremos en cuenta que el tiempo que demanda este proceso es un tiempo que se gana para el futuro, porque si los niños hacen su ingreso de una forma relajada y sintiendo emoción por todo lo nuevo que se les ofrece desde la escuela, podrán construir un modelo que les permitirá enfrentarse a las nuevas situaciones que se vayan encontrando. Hacer un trabajo acompañando y educando, atender a sus necesidades evolutivas, con respeto, calidez y calidad, mantener una rutina fija, evitar la improvisación, dar sentido a lo que están viviendo y haciendo son criterios clave para favorecer el desarrollo integral de los niños.



   
  La incorporación con las familias es igual de importante, estrechar vías de comunicación con ellas, buscar objetivos comunes de actuación, permitirles la entrada al aula donde van a estar sus hijos, hacerles sentir competentes en la educación de sus hijos dan paso a ese tiempo de conocimiento para poder relacionarnos y construir modelos educativos complementarios.




   Todo lo que hacemos y trabajamos en la escuela debe revertir en la educación y
cuidado de los niños; nuestra tarea es hacer posible que, poco a poco, los niños intenten entender el mundo que les rodea, entenderse con los demás y, sobre todo, entenderse a sí mismos.

     


      Daremos por terminado el período de adaptación en el momento en que los niños consiguen una cierta estabilidad emocional en el grupo, cuando asumen con tranquilidad los momentos de separación y reencuentro con sus familias, y una mayor resistencia a la frustración.




Empezamos una nueva etapa donde la escuela sigue siendo un elemento clave.

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